Sobre mí
MI HISTORIA
Desde pequeña mis padres siempre nos inculcaron a mis hermanas y a mi, la práctica deportiva. Practicamos todo tipo de deportes hasta el día en el que descubrimos la sincronizada. Ese día, con trece años, tuve un flechazo. Al fin mis dos pasiones juntas, el agua y la danza.
Las ganas de superarme cada día, la ilusión por aprender y mejorar y el apoyo incondicional de mi familia, hicieron que pronto despuntara, y que dos años después ya fuera seleccionada por el Equipo Nacional. Me convocaron los tres años de categoría Junior consiguiendo en el último de ellos la primera Medalla de plata por Equipos en la Historia de España. En ese momento y después de un año intenso y de difícil compaginación con los estudios, conseguí entrar a la Universidad decidiendo poner punto y final a la sincro. Fue a los 17 años, y esa es la mayor anécdota de mi vida.
Lo que se suponía que iba a ser el final se convirtió en el principio. Un año de parón, muchísimas reflexiones y una fuerte corazonada me llevaron a la conclusión de que mi camino en la sincro aún no había terminado. Volví con más fuerza y motivación apostándolo todo a una carta y, al cabo de un año, lo había conseguido, me habían seleccionado para formar parte del Equipo Nacional en Barcelona. Fue justo ahí donde comenzó todo… =)
Si algo me ha enseñado el deporte es a no rendirme nunca y a tener siempre ilusión con un objetivo por el que luchar.

La humildad, la constancia, la capacidad de sacrificio, la responsabilidad, el trabajo en equipo y la perseverancia, son algunos de los valores que me llevaron a conseguir mucho más de lo que nunca soñé: DOS MEDALLAS OLÍMPICAS y DOS CARRERAS UNIVERSITARIAS.

En 2012 tras años de sufrimiento debido a mis dos hernias lumbares, me intervine con éxito. Fueras muchas ocasiones en las que me planteé mi continuidad en el alto nivel, por culpa de los fuertes dolores de espalda que casi me impiden mi participación en los Juegos Olímpicos de Londres 2012.
Eso marcó un antes y un después en mi vida e hizo que tomara una gran consciencia de la importancia de la salud sobre todas las cosas. Por suerte y con una cuidada recuperación conseguí estar al 100% y competir en el Mundial de Barcelona tan sólo tres meses después de mi intervención.

APRENDIZAJES OLÍMPICOS
Mi más de 10 años de entrenamiento en el alto nivel, la dura lesión de espalda y el estar sometida a la máxima presión, me han ayudado a conocerme mejor, a conocer mis límites y todo aquello que me hace crecer y superarme.
Estoy muy agradecida por cada paso del viaje por duro que fuera, ya que han marcado mi camino y me han enseñado a darme cuenta de cómo quiero vivir mi vida.
Estas son mis claves para sonreír cada día y sentirme bien conmigo misma:

Observa y aprende
El primer paso para evolucionar es abrir la mente y observar. Aprender de todos y de todo, aprender lo que quieres y lo que no, aprender acerca de ti mismo, de lo que te inspira, de lo que te hace sentirte bien y lo que no. Aprende constantemente como si fueras a vivir siempre.

Actitud positiva
Una actitud positiva te ayuda a afrontar mejor el día a día. Todos somos personas, todos tenemos problemas, pero es una buena actitud la que nos diferencia. Relativiza y no te derrumbes ante los obstáculos que vayan surgiendo. Respira hondo y tira hacia delante. Tu actitud marcará tu camino.

Ten iniciativa
Tanto en el deporte como en la vida es imprescindible dar un paso adelante, decidir qué es lo que quieres de tu vida y obtener el control sobre ella. Sino lo haces tú, no lo va a hacer nadie por ti, así que comprométete contigo mismo y toma la iniciativa, es el único modo de conseguir sentirte bien.

Cuida tu alimentación
Somos pura química y el déficit de ciertos alimentos y vitaminas puede provocar que estemos más tristes o decaídos. Mi curiosidad por intentar rendir mejor y sentirme bien, me ha llevado a aprender las claves de una buena alimentación. El tiempo invertido en salud, es de las mejores inversiones que puedes hacer en ti mismo.

Muévete
Si no puedes entrenar o no te apetece, sal a dar un paseo, camina, ve en bici, juega a la pelota, nada, sube escaleras, realiza estiramientos en casa,... Los beneficios del ejercicio físico son increíbles y nos ayuda a sentirnos bien y felices. Hay miles de opciones diferentes así que busca aquello que te guste y hazlo habitualmente.

Pasito a pasito
La clave está en hacer un poquito cada día porque cada granito de arena suma, y entre todos al final forman una gran montaña. Así que no te desanimes si no ves resultados evidentes a corto plazo. Lo más importante es que el principal cambio comenzará en tu interior y eso no se ve a simple vista, pero se siente.

Desconecta
Busca un huequito al día para ti y resérvatelo con fidelidad y cariño. Recuerda que es la única manera de desconectar, canalizar el stress del día a día y de crear un hábito saludable que te haga un poquito más feliz. Tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán. Te lo mereces.

Quiérete
Quiere tu vida, quiere tu día a día, y quiérete mucho. Cuídate y mímate con cariño. Intenta hacer algo durante el día que te saque una sonrisa y te haga sentir bien. Si te sientes bien contigo mismo tu energía positiva y tu amor fluirán y podrás transmitirlos e inspirar a los que te rodean.
A qué esperas..? 🙂

Mi inquietud por aprender y evolucionar no sólo como deportista sino también como persona, hicieron que compaginara mi carrera deportiva con dos carreras universitarias, las cuales son para mi, mis otras dos grandes Medallas.
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Abogada. Graduada en Derecho (2016) & Máster de Acceso a la Abogacía (2017) por la Universidad Autónoma de Barcelona.
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Máster de Especialización en Asesoría y Gestión Tributaria por la Universidad Ramón Llull - ESADE - (2018).
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Licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte por la Universidad de Barcelona (2014).
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Título de Entrenador Auxiliar de Natación por la RFEN.
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Título de Monitor de Natación por la RFEN.