El surf, mi nueva adicción!

Hola a tod@s! 🙂

Hoy les cuento todo acerca de mi experiencia con el surf.

La verdad es que no ha podido ser mejor! Llevaba tiempo con la curiosidad de aprender este deporte. Siempre me ha gustado el mar y de pequeña no había verano en el que no lo pasara con mi boogie a cuestas. Siempre he sido algo temeraria con las olas y esa sensación de adrenalina, miedo y velocidad eran increíbles, así que por fin, me decidí a probar cómo era esto del surf.

MojoSurf, una escuela de surf en la Playa de las Canteras que es una pasada, fué la encargada de hacer este sueño realidad. Tiene un montón de tablas de todos los niveles y colores, neoprenos y también tienen standup paddle así que imagínense todo el percal de ahí dentro. 🙂

Me encanta este detalle de de los relojes marcando las diferentes horas de los países donde se practica surf. Es mágico! 🙂

El trato no pudo ser mejor. Fui con mi mami y mi hermana Carol y durante dos días tuvimos a un monitor que nos fué dando las pautas para comenzar a familiarizarnos con la tabla. El Director de la escuela, Eduardo Acosta y Santi Alzola, uno de los monitores de allí, fueron los que nos atendieron y recibieron. Entre los dos nos ayudaron a dar los primeros pasos con la tabla.

Aunque estábamos en verano y hacía calor dimos la clase con neopreno. El agua del Atlántico está fresquita y la verdad es que aunque al principio prefería estar en bikini, después de dos horas cogiendo olas (o intentándolo al menos 😉 lo agradecí muchísimo. En los entrenos de sincro lo que más odio es pasar frío y la verdad es que estuve muy agusto enfundada en mi neopreno.

Antes de comenzar en el agua hicimos un calentamiento general con Santi, para evitar lesiones tontas y estar bien preparados para la velocidad acuática. Y luego pal agüita salá! 🙂

De verdad que es una gozada meterte en el mar, y poder hacer este tipo de deporte en cualquier momento y cuando quieras. Es como quien hace running, no hay horarios ni calendario, porque la playa siempre está ahí, esperando a que alguien disfrute de su magia, eso sí, siempre con la máxima precaución y teniendo en cuenta de que hay que tener mucho cuidado con el mar, ya que su poder es infinito.

Como en todos los deportes lo primero que nos aconsejaron fué calma. Las cosas se consiguen poco a poco, sin correr y siendo perseverante. No hay que desesperarse y querer que te salga a la primera, siempre pasito pasito, y así fué.

Las tres conseguimos ponernos de pie, aunque fuera a nuestra manera! jejej 🙂

He aquí la prueba!

De verdad que la sensación que experimenté fué de lo más gratificante.

No lo pudimos pasar mejor!

Y sí, me dijeron que esa sensación tan increíble de coger olas se convertiría en adictiva, y fué totalmente cierto. Después de esos dos días de clases no tardé un día en volver a llamarles para que me dejaran una tabla y seguir disfrutando de esa magia. Ahora sólo pienso en que cuando vuelva a Gran Canaria, me va a faltar tiempo para ir directa a la playa, jeje!

Muchísimas gracias a Edu y Santi por todo! Fué un gran descubrimiento! Y me faltará tiempo para volver a daros la lata! 🙂