Al límite
Cuántas cosas nos perdemos por miedo a perder? Cuántas veces habremos dejado de hacer algo por miedo al fracaso, por miedo a no llegar, a no entrar en el Equipo, miedo a suspender algún examen, a no superar oposiciones, a no cumplir los objetivos en tu trabajo, a no conseguir algo por lo que tanto estás luchando,..? Cuántas veces nos habremos preguntado si podremos hacerlo. Cuántas! El mayor lastre que podemos tener es el miedo al fracaso.
Me resulta imposible enumerar las veces que me habrán preguntado en mi vida: «pero por qué lo haces? Qué necesidad!». La verdad es que normalmente me cuesta explicarlo, pero en este post haré todo lo posible porque me entendáis.
«Pero por qué lo hiciste?» Me preguntan los que me conocen. Muy fácil, necesitaba volver a ponerme a prueba, volver a estar al límite, volver a sentir ese vacío que me alerta, esa sensación que me inunda de adrenalina y luchar por un objetivo parecido a la competición. Ésta era mi competición, pero una más personal.
No había un segundo en el que me relajara, iba con mil ojos, muchísima tensión e intentando que aquello que veía no me paralizase. Complicado subiendo a 4.850 metros de altura no? Jajaj! Madre mía, qué locura! ☺
Como dijo David Fischman: “el miedo es como un muro muy alto que separa lo que eres de lo que podrías llegar a ser”. Es una barrera transparente que nos aleja de nuestros sueños y los convierte en imposibles. Es algo mental, que no se ve con la vista, pero que se aprecia con otros sentidos.
El miedo a sufrir es peor que el propio sufrimiento. Nunca me ha gustado que nadie limitase mis aspiraciones, y menos, que esa persona fuera yo misma.
El subir al Mont Blanc, la montaña más alta de Europa Occidental (se dice pronto), ha cambiado totalmente mi perspectiva. Ha sido mucho más que una experiencia. Es la victoria sobre una lucha interna, mía, propia, de nadie más.
AHORA O NUNCA. Eso fue lo que pensé cuando me lo propusieron. No dudé un momento. Me lancé a la piscina sin buscar información sobre lo que me esperaba, sin nada más que con una única voluntad: «volver a sentirme imbatible».
Y a eso fui, a intentar a retarme. Me había comprometido, no tenía más alternativa que ir a por todas y poner todo de mi parte para lograrlo.
Le eché un pulso a mi mente, era ella o yo. Cada paso que daba era una conquista, porque dentro de mi, había una guerra sin tregua, muy viva, muy presente, que en ocasiones y por segundos me paralizaba, pero que conseguía vencer en cada momento como si no tuviera otra opción, como si fuera mi única forma de sobrevivir.
Ha sido algo brutal, una terapia de choque sin precedentes. Me he enfrentado a mis propias pesadillas (en el documental no paro de decirlo). Habían escenas que nunca hubiera imaginado vivir. Pero estaba allí, sintiéndome como Indiana Jones, y más orgullosa que nadie de ver como cada día me superaba. Eso sí, con un grandísimo Equipo que estuvo ahí en todo momento, apoyándome y animándome, y sin el cual jamás hubiera finalizado.
Esos paisajes alucinantes, esas fotos de cuadro de las que yo he sido cómplice, esos rincones con tanta historia de la que yo ahora también soy parte,…
Pero para qué engañarles, no hace falta ir a la montaña más alta para experimentar sensaciones nuevas, hace falta salir de la zona de confort, de esa en la que todo lo tienes controlado, para así experimentar cosas nuevas y enfrentarte a las que te asustan. Sólo de esa forma, se consigue evolucionar.
Y sí, ya pueden deducir que mereció la pena, que ha sido una oportunidad única que me ha hecho cambiar radicalmente, rompiendo una gran barrera entre mi pánico mental y yo, y que de alguna manera me ha hecho sentirme más libre, con más fuerza, y con una mayor visión de las cosas.
Como muchas veces digo: SIEMPRE APRENDIENDO. Por eso no me arrepiento en absoluto, y les confieso una cosa: YA NO TENGO PESADILLAS. ☺
Quiero contarles que el otro día se estrenó el documental de «mi viaje al Mont Blanc» en exclusiva, en el Gran Canaria Arena. Fue muy emocionante revivirlo junto a mi familia, que también sufrió lo suyo, sobre todo, durante los días incomunicados en la montaña. Pobrecitos, lo que tienen que aguantar! 🙂
Y por cierto, no me olvido de los que no paran de preguntarme dónde lo pueden ver. Nada más tenga la información os la paso para que podáis entender las cosas de las que hablo. 🙂
Antes de terminar, dar las gracias a mis grandes apoyos: Ucam, OlympusTG y Cajasiete, por apoyarme siempre; a los que hicieron posible este gran reto: Cabildo de Gran Canaria, Canarias7, Ralons Sport y el montañista Javier Cruz, y a mi familia, amigos, los equipos deportivos que quisieron acompañarme en el estreno, a la gente que me quiere sin conocerme, y a la gente linda que me lee:
Gracias por ser cómplices de mis locuras y apoyarme siempre, LES QUIERO!
Pd: Ya saben, cualquier cosita que queráis preguntarme estoy a vuestra disposición! 🙂
“ VALIENTE no es aquel que no siente miedo, sino aquel que lo CONQUISTA”.
Nelson Mandela.
Thais me encanta tu blog me gustaria hacer sincro como tu de bien jaja
Hola María! Muchísimas gracias por tu comentario! 🙂 Si te gustaría hacer sincro así sólo tienes que entrenar unos cuartitos años, jeje! Un súper abrazo! 🙂